
El documental constará, en adelante, de una serie de testimonios de sus colaboradores en la película “Solaris”. Los reportajes alternarán con imágenes de archivo del propio Tarkovsky, y también con fragmentos de “Solaris”.
Solaris, ciencia ficción sin efectos especiales. Ciencia ficción como pretexto para una indagación filosófica sobre el ser humano, algunos de cuyos momentos rescata el documental. Natalya Bondarchuk rememora una frase que se dice en la obra y que a ella aún recuerda tantos años después:“Solo amamos aquello que podemos perder”.
El director de arte cuenta que, tras ver “2001, Odisea en el espacio” de Kubrick, Tarkovsky le dice: “No quiero que la estación espacial de Solaris se vea así, tan impecable. Quizás fuera así al principio, pero por ella ha pasado el hombre.” Entonces deciden mostrarla desvencijada y sucia. El compositor Eduard Artemiev se destacará explicando la construcción de la banda sonora del film, sobre la cual hay escritos varios ensayos que se consiguen en la web. Y se escucharán, además, anécdotas sobre las dificultades con la censura soviética. Tarkovsky llegó a filmar, a propósito, escenas que no tenía pensando incluir en la obra, solo para distraer con ellas a los censores de lo que en verdad importaba. Pero lidiar con el comité no era sencillo. Bondarchuk revela el momento en que a “Solaris” le encuentran cuarenta y dos objeciones: Tarkovsky sale al pasillo y se pone a llorar en silencio junto a la ventana. Quizás en ese momento, comenzó a presionar en su cabeza la idea de irse. Antes del exilio filmaría “El Espejo” y “Stalker: la Zona”. Fuera de su país, realizó sus dos últimas películas: “Nostalgia”, en Italia y “El Sacrificio” en Suecia. Tarkovsky amaba su tierra y en cierto modo la perdió. Solo amamos aquello que podemos perder.
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