miércoles, 15 de abril de 2009

Solaris


En el marco del BAFICI, acompañando la presentación del documental “La zona de Tarkovsky”, se proyectó el film “Solaris” de Andrei Tarkovsky.

El objetivo de cualquier arte que no quiera ser consumido como una mercancía consiste en explicar por sí mismo y a su entorno el sentido de la vida y de la existencia humana. Es decir, explicarle al hombre cuál es el motivo y el objetivo de su existencia en nuestro planeta. O quizás no explicárselo, sino tan sólo enfrentarlo a este interrogante.” Andrei Tarkovsky

Un psicólogo es enviado a una estación espacial cercana al planeta Solaris a indagar la cordura de los tripulantes, quienes reportan una serie de extraños sucesos. La investigación se transformará en una indagación existencial que lo implicará íntimamente.
Si el relato terminara aquí, el lector se formaría una imagen absolutamente lejana a lo que es la obra en sí.
Tarkovsky es un artista. Es un autor. A Tarkovsky no le interesa la ciencia ficción. Le interesa el sentido de la vida en la tierra. De hecho, agrega un principio y un final que no están en el libro y enfatizan eso: se trata de nosotros, de nuestra vida en la tierra.
Tarkovky nos lleva al espacio para que nos encontremos a nosotros mismos. Estamos en el espacio, en una isla en medio de un misterioso océano, somos astronautas tripulando una nave llamada planeta Tierra.
Basada en el libro de Stanislav Lem, la película presenta un excelente ejemplo de adaptación al cine de una obra literaria. Leí el libro y me pareció notable el tono que le imprimió Tarkovsky a la obra. Logró una película muy personal, tomó como plataforma el libro y despegó, lo transformó, lo hizo suyo. No se trata de una mera trascripción del libro a imágenes. La película tiene identidad propia. Tiene un ritmo casi meditativo.
Solaris, confiesa Andrei, trata de personas que se han perdido en el cosmos; y esos, entiendo yo, somos nosotros.
Si este es un blog sobre arte ¿por qué hablar de cine? Basta repasar la cartelera cinematográfica para entender que las películas son productos comerciales, mejor o peor realizados, pero a años luz de siquiera aproximarse a lo artístico. Tarkovsky es uno de los directores que justifican que al cine se lo haya denominado el séptimo arte.

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