lunes, 11 de mayo de 2009

Feria del Libro


Después de horas caminando y esquivando gente entre los stands en busca de un poco de arte en formato libro, lo primero que uno saca en claro es que duelen las piernas.
Es grande la feria; grande y laberíntica. Me alegra que vaya tanta gente, que la gente lea, aunque los libros más leídos sean de una calidad cuando menos cuestionable. Hoy por hoy que alguien lea ya me parece bastante. ¿Estaré muy conformista?
La sonrisa se me borra cuando en la Editorial Kier me topo con un libro cuyo título anuncia prácticamente el fin del mundo para el 2012. Lo hojeo un poco y leo que el polo norte va a pasar al polo sur y viceversa lo que acarreará terremotos y desastres de todo tipo. Al lado, otro libro (de otro autor) anuncia lo mismo.
¡2012, falta nada! Miro a mi alrededor y la gente no parece preocuparse. Hasta el propio vendedor sonríe como si nada. Cuando en otro stand, encuentro un tercer libro sobre el mismo tema, me inquieto un poco.
Parto entonces en busca de alguna lectura espiritual. El Baghavaad Gita es un libro pequeño, lo tengo en casa. Por eso, me extraña verlo en un tamaño enciclopédico. Un librazo gordo. ¿Qué pasó? ¿Es el Baghavaad Gita actualizado? ¿En la India hay tanta inflación? Me acerco y leo que es una edición comentada. Pienso en comprarlo pero es tan largo que no voy a terminar de leerlo antes del 2012.
Por allí hay una cola toda de mujeres. Está firmando libros Florencia Bonelli. Nunca leí nada de ella por lo que no puedo emitir comentario. Unos stands más allá, otra cola, también toda de mujeres. Está firmando Ari Paluch. Tampoco leí su libro, me bastó escucharlo por radio. A Paluch se lo ve contento, parece ignorar lo del 2012.
Los libros de autoayuda florecen por doquier. Me pregunto si se llamarán de “autoayuda” porque al único que ayudan es a su autor. Luego de “Gente Tóxica”, ahora tenemos “Emociones Tóxicas” y luego vendrán probablemente: “Pensamientos Tóxicos”, “Padres Tóxicos”, “Madres Tóxicas”, “Relaciones Tóxicas”, “Creencias Tóxicas”, “Situaciones Tóxicas” y “Escritores Tóxicos”.
Otra titulación fácil se da en el ámbito de la sociología de la mano de Baumann. Empezó con “Modernidad líquida” y ya tenemos “Vida líquida”, Amor líquido”, “Tiempos líquidos” y “Miedo líquido”.
Por eso, valoro los títulos un poco más originales del tipo: “Cómo evitar casarse con un boludo” (aunque no me crean, el libro existe, lo pueden hojear en la feria); “Curación del aura a través de plumas poderosas”; “Mira A Tu Suegro Y Entérate Como Será Tu Marido: Guía Para La Enamorada Imprudente”, “E-mails desde el cielo” (en un stand de una congregación religiosa). ¡Ah! Hay un libro de Mauro Entrialgo titulado “Cómo convertirse en un hijo de puta” pero, lamentablemente, está agotado.
En una de las salas está Junot Diaz, dominicano emigrado a los Estados Unidos, autor de “La maravillosa vida breve de Oscar Wao”, que le valió recientemente el premio Pulitzer; y el stand de los países nórdicos está repleto de los policiales de Hennig Mankell, otro de los extranjeros visitantes de la feria.
Mezclado con todo eso, casi desapercibidos pasan Flaubert, Dostoievsky, Hesse, Thomas Mann, Borges, Pizarnik, Murakami, Saramago, y otros más por descubrir.

2 comentarios:

Claudio Eiriz dijo...

Muy bueno este texto. Es un gusto leer cosas así.
Claudio

Claudio Eiriz dijo...

Muy bueno. Es un placer leer textos así