
¿Qué tiene el artista (no confundir con el homónimo film argentino, también muy recomendable y comentado en este blog tiempo atrás) como para generar tal grado de aceptación? Formulo la pregunta como se supone deben formularse, es decir, sin la respuesta a mano.
La historia del film transcurre durante una época de cambio: el pasaje del cine mudo al sonoro, generador de toda una revolución en la industria cinematográfica. Tenemos un personaje que se adapta y otro que no. Alguien que sube y alguien que cae en desgracia.

Los tiempos actuales son cada vez más vertiginosos y los momentos de cambios casi constantes. Hoy en día el mundo nos exige adaptaciones permanentes. Atrás quedaron los tiempos de nuestros abuelos, que trabajaban toda su vida en el mismo lugar, haciendo la misma tarea y con ellos también las heladeras que duraban toda una vida y las lamparitas que iluminaban durante años. Ahora los aparatos tienen fecha de caducidad, la tecnología genera objetos que pasan, en pocos meses o años, de ser un “boom” a meros desechos. El mundo actual nos pone a cada rato en la posición del personaje de George Valentin (interpretado por Jean Dujardin). Todo el tiempo tenemos que estar adaptándonos a algo.
Al comienzo del film, George Valentin es un actor de moda, sus películas repiten una fórmula que llena los cines. George gana mucho dinero y la muchedumbre lo aclama, sin embargo, parece aislado en el éxito, se relaciona con los demás por conveniencia y carece de vínculos reales, exceptuando la relación con su perro y luego la que despertará con Peppy Miller (interpretada por la argentina Berenice Bejo).


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